EDUCACIÓN PÚBLICA

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martes, 18 de septiembre de 2012

Tanta paz lleves como descanso dejas en Barajas


Tanta paz lleves como descanso dejas en Barajas

Ayer dimitió Esperanza Aguirre como presidenta de la Comunidad de Madrid. Independientemente de otras consideraciones sobre su actividad política, para los que formamos parte de la Comunidad Educativa, deja en nosotros el recuerdo de la etapa más negra vivida en la educación en el distrito de Barajas.

Durante su etapa como presidenta, con las competencias en educación, no se ha construido ni una sola infraestructura educativa pública en nuestro distrito. Las dos únicas construidas, dos escuelas infantiles, lo han sido gracias al dinero del Plan Zapatero, ese que para ella sólo servían para levantar y tapar aceras.

No sólo no ha construido nada, sino que ha cerrado. Este año que se va, será recordado como el año en que se acabó con la secundaria en el Instituto Barajas. Un cierre que es la muestra más evidente del ataque constante que ha recibido la educación pública en nuestro distrito desde que es Presidenta. Un cierre que ha masificado de forma escandalosa el único Instituto público que queda en el distrito, el Alameda de Osuna.

En el IES Alameda de Osuna se ha negado a construir lo que llevamos años solicitando: un comedor escolar y un salón de actos con capacidad para acoger a un curso. Ni siquiera eso ha hecho.

Y se ha negado a construir un centro educativo público imprescindible en Corralejos, o en Coronales. No ha querido hacer nada por la educación pública, sólo deshacer.

Además de no construir, ha atacado duramente a todos los integrantes de la comunidad educativa del distrito.

A los alumnos, les quitó primero las becas para libros en la educación infantil. Y así año tras año hasta que este año se las ha quitado a todos. Ningún alumno becado. Y también ha eliminado las becas de comedor. Le da lo mismo si los alumnos pasan hambre o malcomen. Y todos, apelotonados en clases que recuerdan los tiempos con los que ella se siente más identificada.

A los profesores, les ha echado a la calle, por decenas, les ha mandado al paro. A los que ha dejado, les ha aumentado el horario lectivo para que no puedan atender a los alumnos ni a sus familias adecuadamente. Y les ha rebajado el sueldo. 

A los padres, les ha quitado capacidad de opinión, quita la  atacando aquellas asociaciones que les representan, como la FAPA Giner de los Ríos, a la que ha expulsado del local que tenían cedido por el Ministerio de Educación. Ni siquiera los padres pueden escoger libremente el centro donde llevar a sus hijos, ya que la limitación de plazas de la escuela pública les está obligando a marcharse a la fuerza a la concertada.

A los monitores de los comedores les ha amenazado con expulsarles a todos, supliéndoles por profesores y, tras la amenaza, quiere imponer la jornada continua para que sean expulsados en cualquier caso.

Una imposición de jornada continua que acabará con la libertad de muchas familias, especialmente de las mujeres, que tendrán que escoger entre trabajar o recoger a sus hijos.

A la Universidad Pública madrileña, donde van nuestros jóvenes del distrito, le ha recortado la financiación hasta límites de asfixia, con despidos de profesores y masificación en las aulas. El importe de las matrículas es inasumible para muchísimas familias, y muy especialmente para los estudios de doctorado.

Todo lo que ha tocado en materia educativa, desde infantil a la universidad, ha sido para destruir lo público, lo de todos, lo que garantiza la igualdad y la equidad. Su política educativa ha estado marcada por buscar una clase trabajadora ignorante dispuesta a aceptar lo que ella y sus compañeros multimillonarios de Madrid decidieran.

En este caso no se puede aplicar el refrán de “muerto el perro, se acabó la rabia”, porque la misma rabia contra la educación pública se observa en su Consejera de Educación, y en los demás dirigentes del partido al que pertenece y que seguirán gobernando Madrid cuando se marche definitivamente. Por eso no supone ninguna alegría que se marche. Sólo supone que el recuerdo que deja en todos nosotros es el de alguien que destrozó la educación pública madrileña.

Alberto López Langa
Miembro del Consejo Escolar del IES Alameda de Osuna

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